En Japón es normal que te den la bienvenida cuando entras a una tienda, o que recibas la ayuda de un extraño en la calle, o que el conductor del bus te agradezca por usar sus servicios, o que un empleado te haga una venia para despedirse y se mantenga inclinado aun cuando ya te has ido. Todo esto es omotenashi, y en pocas palabras, es una acción desinteresada cuyo único objetivo es ofrecer una experiencia única y satisfactoria, anticipándose a las necesidades del otro.

El Omotenashi es quizá una de las palabras japonesas más hermosas por el significado que representa: la combinación entre hospitalidad, armonía y servicio.

Ayer, por ejemplo, fui sorprendido por la lluvia cuando me dirigía a una cita médica. Al llegar al consultorio, completamente empapado, la recepcionista se disculpó por el mal tiempo, me secó con una toalla y me llevó a una habitación para que usara una bata mientras metía mi ropa en la secadora. Antes de salir, agradeció mi asistencia y me entregó mis zapatos en los que había introducido papel para secarlos por dentro. Esto es omotenashi.

Para los japoneses, cuando alguien hace algo bueno por ti, debes hacer algo bueno por alguien más. Esto se traduce en una serie de actos bondadosos que se repiten infinitamente como una expansión del bien. ¡Es una cadena de amor! Ojalá en vez de transmitir indiferencia y malos actos todos nos convirtiéramos en multiplicadores de omotenashi, para así hacer de este planeta, un lugar mejor.

Te invitamos a conocer nuestro Omotenashi en Smart Kaizen, incluso, por qué no, ver como implementarlo en tu organización.

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