El salario emocional

¿Te gustaría conocer la manera de aumentar la productividad y la fidelidad de los colaboradores hacía la organización sin invertir dinero?

El salario emocional se refiere a aquellas “prestaciones” no monetarias que aportan mucho a la percepción que tiene un colaborador de lo que recibe de la empresa, como un valor agregado.

Si bien la retribución económica es sumamente importante, es sustancial prestar atención a este tipo de cualidades en las ofertas de una empresa, no solamente como estrategia para cubrir más rápido tus vacantes, sino también como estrategia para la retención de talento, mejorar la productividad y el clima organizacional.

Algunas otras de sus ventajas es mejorar la actitud que tienen los empleados hacia el trabajo, mejorar el posicionamiento de la empresa en el mercado, reducir la rotación del personal, disminuir niveles de estrés, reducir el costo de contrataciones, entre otras más.

El dinero es un claro motivador para los colaboradores, sin embargo, las nuevas generaciones dan cada vez mayor importancia a aquellas cosas que sumen a su calidad de vida, como es tener más tiempo para estar con su familia o realizar actividades independientes del trabajo.

Según Bonilla (2014), existen cinco ejes principales sobre los que se basa el salario emocional:

1. Las oportunidades de desarrollo: se refiere a aquello relacionado con la capacitación, gestión del talento, mentoring y plan de carrera.
2. El balance de vida: consiste en esquemas flexibles de trabajo, home office, y oportunidades de esparcimiento y recreación.
3. El bienestar psicológico: reconocimiento, autonomía, retos profesionales y trascendencia en la comunidad.
4. El entorno laboral: que exista un clima de compañerismo y equipo.
5. La cultura laboral: se refiere a la ética en el lugar de trabajo y la relación con los líderes.

Platícanos como ha incluido tu organización el salario emocional para mejorar sus resultados.